Mis musas tienen los pies de barro
y el corazón de magma incandescente.
Mis musas no me hacen caso
Son traviesas, retorcidas, irreverentes.
Escupen miserias a la cara.
Sabotean propósitos. Se ríen de mi suerte.
Mis musas tienen alma de otoño
y sueños de primavera concupiscente
Aparecen cuando les viene en gana.
Vapulean la conciencia.
Airean rescoldos. Amortizan desdenes.
Mis musas transitan por libre.
Y no seré yo quien las frene.
...
9 comentarios:
Jasonia,hilvanas las palabras con hilos de seda,suave,pero muy resistente.
Me encantó.
besos
Ellas van y vienen a su antojo. Ni las toques, porque cuando ellas decidan tocarte te llenarán de pasión.
Un abrazo,
Preciosas tus letras!!!!
te mando un beso enorme
Tendrías que hacértelo mirar: una persona que escribe así, se merece editorial y media.
Ha sido un placer redescubrirte, volver a la senda de tus palabras, y dejar que el eco de tus musas, martillee mi conciencia.
Nada se queda quieto, una vez tus versos son consumidos por almas necesitadas de espejos en los que arrimarse a buscar la rima, y la cura.
Gracias por escribir.
Gran abrazo.
Hank Chi.
Y ES QUE SON ADEMÁS UN ENCANTO las simpáticas musas fíjate, lo que me pasó con las musas en este poema de mi blog: http://tm0809.blogspot.com/2010/06/hoy-no-hay.html
y gracias por pasarte por mi hotel
un abrazo
En tu caso, heces bien, no las frenes, así, a su aire hacen un trabajo espléndido, no como las mías que perdieron el rumbo hace tiempo...
Me encanta el primer verso: "Mis musas tienen los pies de barro..."
Y me gusta todo el poema.
Disfruta de tus musas.
Una sonrisa.
Ya veo a lo que te referías.
Pues yo también quiero este tipo de musas, con el corazón de magma incandescente.
Y no, no las frenes, ya llegarán las subidas a los puertos.
Magnífico poema.
que suerte que te aparezcan de vez en cuando, las mías no me dejan un rato a solas.
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