17 marzo 2010

Felicidad


Porque la tuve entre mis labios y fue sal,

la más salobre del mar muerto.

Ya no la busco.

Ya no la quiero.

Porque la tuve entre mis manos y fue arena,

la más ardiente del desierto.

Ya no la busco.

Ya no la quiero.

Porque la tuve entre mis ojos y fue luz,

la más cegadora del firmamento.

Ya no la busco.

Ya no la quiero.

Porque la tuve entre mis piernas y fue fuego,

el más temible, el eterno.

Ya no la busco.

Ya no la quiero.

Porque con sal, arena, luz y fuego 

vivo,

a manos llenas.

Por si la encuentro.

08 marzo 2010

El ladrón de otoños



El Ladrón de Otoños



Con el último sorbo de café maltragó la pastilla de la tensión. Se puso el anorak y la bufanda ¡lo que tiene que hacer uno para que le dejen salir de casa! Cogió las bolsas de basura. Miró el reloj, un minuto. Esperó pacientemente en el hall. Cuando el segundero alcanzó el zénit abrió la puerta.
 No había amanecido. Era uno de esos días en que la niebla no da tregua a la artrosis. Ayudado por su bastón avanzó “rápidamente” hacia la esquina de la calle. Allí estaban, como cada mañana. Y también como cada mañana miró a su alrededor y tras comprobar que era el único ser vivo del barrio, dio el cambiazo.
Caminó, ya sin prisa, hacia el fantasma de gafas enormes, traje fosforito y aspirador industrial que se afanaba en no dejar ni una hoja bajo los árboles. ¡Míralo! ¡El ladrón de otoños!, ¡ya ha recogido otras dos bolsas! ¡Pero aquí estoy yo para atajar este estropicio!
Pasó de largo sin saludar.
 Cuando calculó que ya no estaba al alcance de su vista, abrió las bolsas y las vació.


Nota: Este "micro" ha sido seleccionado en el III Premio Algazara de Microrrelatos convocado por la Editorial Hipálage y junto a otros cuantos, entre los cuales se encuentran los de algunos amigos blogeros, formará  parte del libro “Cuentos alígeros”, que se editará en breve.
A todos ellos¡Felicidades! y por mi parte... ¡Que contenta estoy!

03 marzo 2010

Maruja sin premeditación


Pido perdón a todos aquellos que hoy esperaban de mí algún verso apasionado, algún microrelato entretenido o alguna  reflexión íntima, pero es que esta mañana, despues de haberle dado un buen "porrazo" al coche la inspiración se me ha quedado para el arrastre, es decir,como para una buena capa de chapa y pintura.
 Por supuesto,¡ por supuestisísímo!, la culpa no ha sido mía... sino de una vecina que había aparcado su vehículo en un lugar indebido,lo cual me ha obligado a maniobrar más de la cuenta y ¡claro!, me he llevado la esquina del parking por delante.
 La maruja que llevo dentro, hoy ha dejado de ser "presunta", y con total alevosía y algo menos de premeditación, se ha lanzado a bocajarro a su puerta para "cantarle las cuarenta".
Y así, con los brazos en jarra, me he olvidado por unos minutos de  metáforas, diéresis, rimas, hipérbolesy demás figuras literarias y  sin retórica alguna de por medio le he plantado un discurso digno de la mejor verdulera del barrio.
¡Oye, que a gusto me he "quedao"!