El eco tiene motivos que la palabra desconoce.
Por eso conjuga silencios copulativos,
ofrendas amarteladas.
Y enarena los ojos del viento
abocándolo a un discurrir de curvas imprecisas.
El eco no tiene prisa.
Pues no es el tiempo su ley;
El pasado y el presente se han agotado, los he calmado y los he vaciado. Ahora, me dispongo a colmar el futuro. Walt Whitman