16 octubre 2010

Mis Musas



Mis musas tienen los pies de barro

y el corazón de magma incandescente.

Mis musas no me hacen caso
Son traviesas, retorcidas, irreverentes.

Escupen miserias a la cara.

Sabotean propósitos. Se ríen de mi suerte.

Mis musas tienen alma de otoño

y sueños de primavera concupiscente

Aparecen cuando les viene en gana.

Vapulean la conciencia.

Airean rescoldos. Amortizan desdenes.

Mis musas transitan por libre.

Y no seré yo quien las frene.
... 

9 comentarios:

noah dijo...

Jasonia,hilvanas las palabras con hilos de seda,suave,pero muy resistente.
Me encantó.

besos

César Sempere dijo...

Ellas van y vienen a su antojo. Ni las toques, porque cuando ellas decidan tocarte te llenarán de pasión.

Un abrazo,

Laura dijo...

Preciosas tus letras!!!!
te mando un beso enorme

Anónimo dijo...

Tendrías que hacértelo mirar: una persona que escribe así, se merece editorial y media.

Ha sido un placer redescubrirte, volver a la senda de tus palabras, y dejar que el eco de tus musas, martillee mi conciencia.

Nada se queda quieto, una vez tus versos son consumidos por almas necesitadas de espejos en los que arrimarse a buscar la rima, y la cura.

Gracias por escribir.

Gran abrazo.

Hank Chi.

Unknown dijo...

Y ES QUE SON ADEMÁS UN ENCANTO las simpáticas musas fíjate, lo que me pasó con las musas en este poema de mi blog: http://tm0809.blogspot.com/2010/06/hoy-no-hay.html

y gracias por pasarte por mi hotel

un abrazo

delgaducho dijo...

En tu caso, heces bien, no las frenes, así, a su aire hacen un trabajo espléndido, no como las mías que perdieron el rumbo hace tiempo...

Carlos Ortega dijo...

Me encanta el primer verso: "Mis musas tienen los pies de barro..."

Y me gusta todo el poema.

Disfruta de tus musas.

Una sonrisa.

Amando Carabias dijo...

Ya veo a lo que te referías.
Pues yo también quiero este tipo de musas, con el corazón de magma incandescente.
Y no, no las frenes, ya llegarán las subidas a los puertos.
Magnífico poema.

Jesús Garrido dijo...

que suerte que te aparezcan de vez en cuando, las mías no me dejan un rato a solas.