11 junio 2011

El dobladillo del tiempo



Descoso el dobladillo del tiempo para dar otra oportunidad
a los libros que abandoné -cual perro añoso-
en la cuneta de mi arrogancia.
A las sonrisas que eclosionaron entre la sal de mis párpados.
A los vacíos que llené a medias.
A las palabras que se enquistaron en mi garganta.
Descoso el dobladillo del tiempo para dar otra oportunidad
a las locuras que doblegué a fuerza de raciocinio.
A los caminos que no transité.
A los que arrasó mi pisada.
Descoso el dobladillo del tiempo para dar otra oportunidad
a los rescoldos del viento del sur.
A los latidos que ansiaron ser ave.
Y a los prejuicios con que abatí sus alas.
... 

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Descoser esos hilos es lo mejor que podrías hacer.
Un saludo

Anónimo dijo...

Cada mañana deberíamos levantarnos con la intención firme de descoser los dobladillos del tiempo y comenzar de nuevo.
Ahora sí, ya sé quién eres. Qué tonta soy.
Muchas gracias por todo.
Un abrazo.

Carlos Ortega dijo...

¡Qué hermosa metáfora!

Dar otra oportunidad a las cosas, a las personas, a uno mismo...
Es una buena actitud.

Una sonrisa.

Mario dijo...

Así somos, que nos pasamos media vida cosiendo dobladillos, y otra media descosiéndolos.

Así somos, los que llenamos con silencio las conversaciones.

Así somos, que cargamos con pisadas nuestros pies para retomar el camino y volver a ninguna parte.

Así somos, que corregimos la trayectoria de nuestra patada para acertarle a la piedra justo en el corazón para que se doble, primero, y muera después.

Así somos, incapaces de exorcizar prejuicios, y capaces de cercenar las acrobacias a los pájaros que anidan en nuestras cabezas.

Así somos, que siempre encontramos un camino de regreso para cada sitio acordado.

Así somos que llenamos la taza y nos ahogamos en la del otro.

Así somos, incapacitados para soñar poemas.

Así somos, capaces de convertir nuestras realidades en sueños.

Así somos, eclosionando sonrisas, desvistiendo palabras, desnudando almas, vistiendo santos paganos para resucitar al tercer llanto.

Así somos, capaces de abandonar libros en la cuneta de nuestra arrogancia.

Así somos, capaces de sembrar letras y recoger canciones.
Así somos, que nos pasamos media vida cosiendo dobladillos, y otra media descosiéndolos.

Así somos.

Felicidades por tu texto. Por todo lo que escribes aquí... Es increíble tu forma de jugar con las palabras, de amar el diccionario, de exprimir las emociones para conseguir este mosto poemado.

Sigo siguiéndote.

Mario

Espérame en Siberia dijo...

Pero qué preciosidad me vine a encontrar por acá. Mucha luz, encanto.

¡Muá!

Allek dijo...

Preciosa metafora..
te dejo un abrazo!

Noesperesnada dijo...

Descoser dobladillos, que bonita metáfora de quien busca en esos pliegues las cosas que la hicieron crecer.

Laura dijo...

Siempre bonitas tus letras....
un beso grande.